Guardia de televisión: reseña a la temporada de 2021 de «Historias para no dormir»

Título original: «Historias para no dormir». 2021. Cuatro episodios de 40 minutos. España. Dirección: Rodrigo Cortés, Paula Ortiz, Paco Plaza, Rodrigo Sorogoyen. Guión: Rodrigo Cortés, Alberto Marini, Paco Plaza, Daniel Remón, Rodrigo Sorogoyen, Manuel Jabois. Historias: Narciso Ibáñez Serrador. Reparto: Eduard Fernández, Nathalie Poza, Raúl Arévalo, David Verdaguer, Vicky Luengo, Miki Esparbé, Adriana Torrebejano, Carlos Santos, Maru Valdivielso, Enrique Villén, Dani Rovira, Inma Cuesta

Esperaba ver historias inéditas con el mismo aroma penetrante a humo de puro habano colándose entre las sombras del blanco y negro, así como a actores que supieran vocalizar y que fueran hijos legítimos del teatro, pero nada más lejos de la realidad

Eso de que faltan buenas dosis de originalidad y ambición en la mayoría de las producciones de televisión y cine actuales es una realidad irrefutable. Algunos, yo mismo, están cansados de los remakes, casi siempre a peor, de obras clásicas que ya eran perfectas y de que miles y miles de guiones inéditos descansen en húmedas celdas a la espera de que la pérfida polilla haga su trabajo.

Y, como era de esperar, tarde o temprano le iba a tocar el turno del rodillo a «Historias para no dormir», del mítico Narciso Ibáñez Serrador, con una miniserie producida por AMAZON de cuatro capítulos remozados para la ocasión y para públicos actuales que, no por ello, más despiertos. Se han centrado en cuatro relatos excelentes que quedaron en la imaginación de nuestros abuelos y padres: “La broma”, “El doble”, “Freddy” y “El asfalto”, adaptados con mayor o menor fortuna, aunque yo solo he encontrado interpretaciones mediocres, constantes palabrotas y gritos guturales, así como un desarrollo final más dado a una negrura superficial que a hacernos utilizar el coco.

Yo soy incapaz de ver ese “competente ejercicio de reformulación de los clásicos de Ibáñez Serrador” que afirma Kiko Vega en su artículo para espinof.com.

«La broma» es la adaptación del relato de idéntico título que ya fuera protagonizado por el gran Narciso Ibáñez Menta, Irene Daina y Pepe Martín, y emitido el 17 de junio de 1966

En esta revisión, la figura del jefe y marido bromista pasa de ser la de un simple idiota y ordinario a un completo cerdo en toda la acepción más negativa del término. Un tipo odioso e insufrible, de comportamiento y lenguaje mucho más agresivo y hostil, interpretado por Eduard Fernández, quien lo hace muy bien y es lo único salvable de la cinta.

Aunque la relectura es muy noir, debo deciros que el final que guionizó y filmó Chicho Ibáñez Serrador es mucho más brillante, con esa venganza diferida tras la muerte.

«El doble» nos traslada a un futuro cercano en el que cualquiera puede adquirir una réplica exacta de sí mismo para que lo sustituya en reuniones laborales y familiares, citas desagradables e ineludibles… incluso para darse un respiro y que “otro” se encargue de soportar a la pareja, pero los problemas aparecen cuando dichas réplicas adquieren cierta conciencia emotiva y hasta asesina

Al igual que sucede con «La broma», la representación actualizada solo son gritos, palabrotas y actuaciones mejorables (esta vez de todos los implicados), así como un final violento que no tiene, ni por asomo, la misma fuerza del original emitido el 18 de marzo de 1966.

«Freddy» no es un capítulo al uso de la producción original. Se filmó en 1982, en color, y era una película para la televisión que contaba una serie de asesinatos que se cometían contra las mujeres integrantes de una troupe de varietés en un pueblo de Francia, siendo que todo gira en torno a un muñeco de ventrílocuo aparentemente diabólico. 

Y lo original de esta versión de 2021 es que no es un plagio mal hecho de la misma historia, sino que es una ficción que, a su manera y sin apoyo alguno, trata de dar “explicación” a los misteriosos incidentes que sucedieron durante la preproducción y filmación de 1982, y que a punto estuvieron de llevar al traste el proyecto y que, una vez encauzados, obligaron a cambiar el título de la obra (de «Charlie» a «Freddy») y a contratar a un nuevo actor protagonista (si es que hacemos caso a lo que se cuenta al final del episodio, claro está).

Y este ejercicio de ficción es el único que aprueba de la miniserie y con nota (le pongo un 6,0).

Por último, cuando supe que también habían tomado por banda la historia de «El asfalto», me puse a temblar como un azogado, y no solo porque Dani Rovira, un actor al que, en lo más hondo, nadie soporta en este país, iba a ser el protagonista; sino porque temía que iban a aguar por completo la crítica ínsita en el libreto original. Y, por desgracia, mi pronóstico se cumplió y la fuerza y el absurdo que se cebaron sobre aquel Ibáñez Menta hundiéndose en el asfalto ante la indiferencia de todos, con independencia de la “época” y el “momento”, termina en un cuento de terror con demasiada ñoñería que en nada encaja, ni siquiera con el espíritu pretendido de una lectura actualizada. Y, como en otros, el final del original es mucho más impactante.

Como podéis apreciar, tres de las historias adolecen de los mismos defectos.

Deciros que cuando llegó a mis oídos la noticia de esta nueva miniserie, pues, me entusiasmé. Esperaba ver historias inéditas con el mismo aroma penetrante a humo de puro habano colándose entre las sombras del blanco y negro, así como a actores que supieran vocalizar y que fueran hijos legítimos del teatro, pero nada más lejos de la realidad.

Desconozco si habrá futuras nuevas temporadas, pero me da igual. Yo solo os remito con insistencia a los originales por su insuperable calidad.


No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.