Guardia de cine: reseña a «La guerra del mañana» (2021)

Título original: «The Tomorrow War». 2021. 140 min. EEUU. Dirección: Chris McKay. Guión: Zach Dean. Reparto:  Chris Pratt, Yvonne Strahovski, J.K. Simmons, Betty Gilpin, Ryan Kiera Armstrong, Sam Richardson, Keith Powers, Jasmine Mathews, Mary Lynn Rajskub, Edwin Hodge, Seychelle Gabriel, Felisha Terrell, Stacy Johnson,

Mucho bicho. Mucho tiro. Muchas palomitas. ¿Para qué más?

¡Bueno! Anda que esta película no ha hecho correr ríos de bits ni nada, arrastrando las opiniones más variopintas. Que si es un bodrio, que si no. Que si es un bombazo, que si es una basura… Sobre todo que es un plagio parcial de «Alien» y «La Cosa», con unos bichos que se parecen demasiado a los de «La gran muralla»... Aunque yo metería también en el saco a «Starship Troopers» y a «Parque jurásico».

Pero lo cierto e indudable es que ha sido un éxito brutal de público y, también, de críticas (la cuestión es que hablen de uno, aunque sea mal), lo cual habrá valido para que la pasta fluyera tras el salto de la cinta del cine estandarizado al de plataforma digital por esto del SARS-COV 2.

No creo que deba perder el tiempo en bailes de cortejo, explicándoos de qué va, salvo el hecho de su inverosímil inicio en el que unos soldados del futuro (2050), viajan a 2022 para pedir ayuda en su guerra de supervivencia contra una especie invasora terriblemente agresiva y “carpántica”. Lo que provoca la risa floja es que nosotros o, mejor dicho, nuestros gobiernos se presten a ayudar, aunque fuera mandando a cuarentones para arriba para ser pienso para bichos.

Yo he de confesar que me lo pasé pipa viéndola y, aunque tiene un montón fallos de guion que no merece la pena exponer en este artículo, no me importa decirlo de forma abierta. Me dan igual tantas cosas que no tienen ni pies ni cabeza que solo tienes que centrarte en lo que es: un espectáculo pirotécnico con unos monstruos que, ya les puedes meter todo el plomo que quieras, que siguen y siguen, como los de Brigadas del espacio.

Eso sí, la película cuenta con unos determinados aspectos terroríficos si los consideramos fríamente. No, no hablo de los dientes y púas de estas quimeras que mezclan tantos monstruos cinematográficos conocidos en un solo. De lo que hablo es de la acerada crítica dirigida contra los políticos y el sistema,  contra la incapacidad gubernamental de reacción, así como la de elegir el mal menor. También acerca de la desidia total existente frente a lo que pueda despertar con el deshielo del permafrost.

Yo, por mi parte, no logro imaginar las maniobras en los parlamentos y congresos de todo el mundo para autorizar que te recluten a la fuerza (sí, a la fuerza, que ahí no se va voluntario; aunque, bueno, solo habría que repasarse la Ley de Seguridad nacional que nos va a tocar en suerte), y, aún con tu ropa de calle, te calcen una ametralladora y te paguen unas vacaciones en un paraíso apocalíptico. Rumias incluso sobre la implantación por parte de los gobiernos, a propio intento, de medidas drásticas para la reducción de la población mundial.

Las dos horas pasadas que tiene la cinta se me pasaron volando. Me ha parecido entretenida pues la he tratado como lo que es y punto. No sé, algunos igual esperaban algún dramón iraní protagonizado por Chris Patt, pero, bueno, es lo que hay


No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.