Guardia de televisión: reseña a «Harry Potter 20th Anniversary: Return to Hogwarts» (2022)

Título original: «Harry Potter 20th Anniversary: Return to Hogwarts». 2022. 102 min. RU. Dirección: Joe Pearlman, Eran Creevy, Giorgio Testi, Casey Patterson. Reparto: Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, Chris Columbus, Helena Bonham Carter, Robbie Coltrane, Ralph Fiennes, Gary Oldman, Imelda Staunton, Tom Felton, James Phelps, Oliver Phelps, Mark Williams, Bonnie Wright, Alfred Enoch, Matthew Lewis, Evanna Lynch, Alfonso Cuarón, Mike Newell, David Yates, J.K. Rowling, Toby Jones, David Heyman, Ian Hart (Stephen Fry, voz en off)

Si la nostalgia tuviera hoy nombre televisivo debería ser el de «Friends» o el de «Harry Potter». Que no quepa la menor duda sobre tan rijoso asunto

Y en concreto y con respecto al especial navideño (algo muy británico), que se estrenó este pasado 1 de enero en la HBO MAX con motivo del vigésimo aniversario de «Harry Potter y la piedra filosofal», que reunió a un reducido número de miembros del elenco y a los directores de las ocho películas, en verdad, no puedo decir otra cosa que esto es un extra que cabría a la perfección en una edición especial, de lujo y de coleccionista en conmemoración de la efeméride más que como lo que se ha pretendido hacer pasar. Una hora y media de entrevistas, encuentros y recuerdos de la que poco de nuevo se puede extraer, salvo una visión más madura y fría de lo que vivieron en su día y a lo largo de tantos años tantas personas.

Tras una entrada preciosista y espectacular, convocando a varios actores a Hogwarts (Emma Watson sigue poseída por el espíritu de Hermione Granger y no se calla ni debajo del agua), se hace un repaso cronológico y emocional de las historias de J. K. Rowling que llegaron a la gran pantalla: de la niñez a la madurez, de la constante de la Muerte y de la evolución de los personajes, prácticamente todos unos inadaptados (Draco Malfoy incluido, con su propio inciso). Declaraciones a cámara y a corazón abierto, sobre todo en sus últimos minutos cuando las lágrimas afloran con facilidad en los ojos de los allí congregados, donde se aprecia un sincero sentimiento al reencontrarse, pues el cariño que en su día los vinculó es genuino y se mantiene intacto.

A pesar de contar con Gary Oldman, Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter (peinadísima para la ocasión), etc., se echa en falta muchos nombres propios (obviamente, los que nos han dejado no podrían participar de otro modo que no fuera a través de un sentido homenaje con un carrusel de imágenes de archivo y los recuerdos de los supervivientes). No encontramos a Maggie Smith (profesora McGonagall), Michael Gambon (director Dumbledore), Julie Walters (Molly Weasley), Brendan Gleeson (Ojoloco Moody), Natalia Tena (Tonks), David Thewlis (Remus Lupin), etc. Y sus razones y motivos habrán tenido para justificar su ausencia, que tampoco es para arañarse las mejillas, aunque sí lo es el darse cuenta de la falsedad que varios medios periodísticos alimentaron por la ausencia de la Rowling (suplantada por imágenes de entrevistas con bastantes añitos encima), de esos mismos afectados por el “clickbait”, pues en ningún momento nadie se expresa en el sentido del titular que llegué a leer de que «El elenco nada debe a J. K. Rowling». Una falsedad sin medida pues las referencias de los actores a la escritora (quienes la nombran por su diminutivo (“Jo”)), y al maravilloso mundo que creó son constantes, así como a su legado y a su mensaje de amor, amistad y familia, a unos libros (y luego películas), que sirven de abrigo contra la soledad y la tristeza, como tabla de salvación (como en el caso de Evanna Lynch (Luna Lovegood) y Matthew Lewis (Neville Longbotton), para quienes Rowling transformó sus vidas, incluso mucho antes de formar parte del elenco, como en el caso de Lynch).

No tengo palabras para calificar a esos medios amarillistas. 

Como amante del universo mágico creado en torno a Harry Potter, que descubrí gracias a las películas hace también veinte años y en cuya ficción en papel me adentro desde hace tan solo tres, me ha encantado pasar el rato, esa hora y media, repasando la saga, aunque sea en VOSE, lo cual me ha supuesto un esfuerzo titánico.

Reconozco que es un extra para una edición de coleccionista, creedme, pero es una declaración de amor, de ahí que se cierre con la escena de Snape y su patronus, idéntico al de Lily Evans. 

—After all this time?

—Always.


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