Guardia de comic: reseña a «Dreaming Eagles», de Garth Ennis y Simon Coleby (2021)
Editorial Planeta, Barcelona 2021 Traducción: Víctor Manuel García de Isusi ISBN: 978-84-1341-064-7 176 páginas |
La temática, la participación de los negros en el bando estadounidense durante la segunda guerra mundial como algo más que carne de cañón de infantería, es interesante y este cómic puede bien servir de guía para aquel que desee ahondar en ella
Reggie es un hombre negro de mediana edad que vive tranquilamente en algún punto del Norte de los EEUU. Regenta un bar en una zona tranquila y, en ocasiones, escudriña el cielo con mirada soñadora al paso de un avión. Podría decirse que solo una cosa le empaña el pensamiento: su hijo Lee, quien se ha aficionado a asistir a las marchas que convoca el Dr. Martin Luther King, aunque sea con la, pro ahora, única contraprestación de regresar a casa con un ojo morado. Reggie ve con preocupación la deriva de su hijo por un sueño que no logra comprender y que él, veinte años atrás, ya lo tenía. Reggie y otros se convirtieron, durante la segunda guerra mundial, en los primeros pilotos afroamericanos de las Fuerzas aéreas y fueron desplegados en el teatro de operaciones del Norte del África y Europa, debiendo salvar mil y una adversidades fundamentadas en el racismo y en la falta de apoyo y reconocimiento. Reggie se ve en la obligación de contar a su hijo su propia historia de guerra para que adquiera conciencia de lo que es el cambio y del precio a pagar.
El relato de Reggie, desvelado a la fresca en un porche y con una cerveza en la mano, abarca varios años, desde el ingreso en la academia de Tuskegee hasta el licenciamiento y su dramático regreso a los EEUU, donde sus medallas no valdrán ni como abrelatas. Y, a través de sus palabras, se acompaña a Reggie y a su compañero de armas “Fats” mientras acumulan cientos de horas de vuelo en cielos domeñados por el enemigo nazi y decenas de misiones de escolta y bombardeo, casi siempre a bordo de aviones obsoletos, casi siempre con la humillación en los informes de misión redactados y manipulados por sus superiores blancos.
Interesante en cuanto al aspecto humano, el relato de Ennis resulta un tanto árido. Introduce a saltos demasiados datos para demostrar algo que es innegable: la exhaustiva labor de documentación. Pero tanto número y fecha arrincona el aspecto dramático del cómic, el cual está muy bien ilustrado, aunque en ciertas escenas de combate aéreo hay tal profusión de aparatos volando juntos que deberían, por fuerza, haber chocado entre sí.
Ennis es un guionista indiscutible y un gran conocedor de distintos conflictos bélicos que tantas veces ha traslado a sus guiones. Sin embargo, este «Dreaming Eagles» no me llega. Puede que sea la acumulación de datos de la que antes he hecho mención o la utilización de la trillada fórmula de la narrativa a modo de confesión…
Post a Comment