Guardia de cine: reseña a «Un hombre lobo americano en Londres» (1981)

Título original: «An American Werewolf in London». 1981. 97 min. RU. Dirección: John Landis. Guion: John Landis. Reparto: David Naughton, Jenny Agutter, Griffin Dunne, John Woodvine, Lila Kaye, Brian Glover, Frank Oz

Película que está en la lista de títulos que hay que ver de la filmografía de la década de 1980; mezcla de terror con humor absurdo que puede seguir haciendo las delicias de los espectadores menos embrutecidos

¿Quién no ha oído mentar «Un hombre lobo americano en Londres»? Aunque, me da, que sonará mejor un título posterior que termina en otra ciudad europea, como París. Pero las cuestiones de derechos no forman parte de nuestras reseñas. Así que, vamos al lío.

David y Jack son dos mochileros yanquis un tanto despreocupados que están de vacaciones por el viejo continente, aunque del mismo ya se huele que no verán gran cosa, aunque Jack sueñe, temblando dentro de su anorak, con llegar a Italia cuando antes. Deambulan prácticamente sin rumbo por unos páramos ingleses, echándoseles encima la noche, y llegan a un pueblo de hoscos y taciturnos vecinos: East Proctor. En la taberna “La oveja degollada” no son muy bien recibidos, aunque se les encomienda por su bien, cuando se marchan, que no abandonen la carretera internándose en el campo. En realidad, querían que los dos extranjeros sirvieran de cebo para la bestia que ronda el pueblo.

Como era de esperar, David y Jack son atacados por un hombre lobo que termina siendo abatido. Jack muere, pero David sobrevive, por lo que la maldición se conserva indemne en su sangre. David es trasladado a Londres e internado en un hospital hasta que se curen sus heridas, tiempo que permite florecer una relación amorosa con la hermosa Alex, su enfermera (como siempre, el protagonista que se lía con la chica guapa de uniforme). El joven parece sanar correctamente, pero comienza a tener alucinaciones (o lo que él cree que lo son) y horrendas pesadillas (éstas son las que dan verdadero miedo en la cinta); comienza a recibir las visitas de Jack, en evidente estado de descomposición. Jack, un muerto viviente, exhorta a David a que se suicide para poner fin a la maldición pues, mientras la estirpe del  hombre lobo se mantenga, Jack seguirá vagando la tierra, al igual que las víctimas que pronto se marcará el bueno de David por mucho que no quiera, cuando salga la luna llena.

El argumento no es muy por allá, pero su mezcla de terror y humor absurdo inglés es deliciosa. En cuanto a la cuestión del miedo lo más destacado, como ya he anticipado, son las extrañas pesadillas, pues las apariciones impactantes de la bestia son de décimas de segundo, aunque David con los ojos amarillos y los colmillos, despertándose en la cama del hospital, aún tiene su punto para amedrentar a cualquier despistado. En cuanto al humor es graciosísima la pareja policial, así como la penúltima escena, con David hablando con los cadáveres vivientes de sus víctimas en una sala de cine porno, cuando todos le van dando ideas de cómo suicidarse. Eso sí, lo que no entiendo es la obsesión en esta cinta por los desnudos, aunque sea como gag (escena de David transformado de nuevo en humano y que se despierta en la jaula de los lobos en el zoo, y la forma en la que regresa a la casa de Alex). No sé, a veces me dio la impresión de que alguien en producción era un tanto voyeur o estaba más salido que el pico de una plancha, o que era la excusa para que, ante la corta carga de terror (en comparación con otras cintas coetáneas), se la hiciera más atractiva para el público habitual de «Porky's».

No, el argumento no es muy para echar cohetes y sufre de cierta precipitación ya hacia el tercio final, con la escena más dramática y a la vez peligrosa de todo el rodaje, con esa plaza de Picadilly Circus como escenario de múltiples accidentes de tráfico, atropellos incluidos, mientras la bestia escapa hacia un callejón sin salida donde será acorralada por la policía y Álex tratará de salvar a David quien, a pesar de la maldición, es otra víctima más.

Bueno. En resumen, es una película entretenida, de terror suave, pero con su pizca de picante que, en mi opinión, se conserva bien a pesar de las carencias que he mencionado. Ahora sólo os queda revisitarla o verla por primera vez.