Guardia de cine: reseña a «Yesterday»

Título original: «Yesterday». 2019. 116 min. Reino Unido. Dirección: Danny Boyle. Guion: Richard Curtis (Historia: Jack Barth). Reparto: Himesh Patel, Lily James, Kate McKinnon, Ed Sheeran, Lamorne Morris, Ellise Chappell, Camille Chen, Alexander Arnold, Joel Fry, Sophia Di Martino, James Corden, Robert Carlyle

Una muy agradable película sobre un mundo tan inimaginable como aquel en el que los Beatles no hubieran alcanzado la fama. Una película sobre la verdadera naturaleza de nuestros desvelos y cómo saciarlos desde la honestidad

Gracias a los Beatles hubo un antes y un después en la Historia de la música, cambiando el sonido imperante e influyendo en infinidad de artistas, incluso hoy día. Todos hemos escuchado alguna de sus canciones más recordadas y representativas, y algunos hasta disfrutamos de sus rarezas. Podemos recitar de corrido los nombres de los cuatro integrantes del grupo y más. Son iconos del s. XX y sería difícil entender el mundo sin ellosidea que debió aflorar en la mente de los responsables de «Yesterday».

Jack Malik es un chaval que trabaja a media jornada, en puestos con jefes un tanto desagradables, para poder destinar el resto de su tiempo a su única pasión: sus canciones. Sueña con transmitir su mensaje, aún con la ayuda de la impetuosa Ellie, una amiga de infancia y compañera de trabajo de cuando Jack se dedicaba a la enseñanza, quien ejerce de esforzada representante. Pero la Fortuna les mira con arrogante desdén.

Una noche en la que Jack termina desquiciado, renunciando a sus anhelos, regresa a su casa en bicicleta cuando sucede algo inverosímil y extrañísimo, como es un apagón a nivel mundial que afecta a todo aparato y vehículo (también a los seres humanos). Jack se lleva una mala parte del acontecimiento pues, durante los contados segundos que duró, será atropellado por un autobús sin control. Jack se despertará en una cama de hospital, magullado, sin dos dientes y ante la sorpresa de que está en un mundo en el que los Beatles nunca triunfaron, a lo que se suma que ni existe la Coca-cola ni J. K. Rowling llegó jamás a escribir Harry Potter. 

Es una premisa interesante, pero el plano dimensional que nos presenta la cinta, si queremos ser rabiosamente puntillosos, no es creíble porque la música, incluso la actual, no sería la misma que hoy escupen las radiofórmulas o las generosas listas de reproducción de Youtube dada la indiscutible importancia de la labor previa de los Beatles.

Solo Jack parece acordarse de ellos en un planeta con miles de millones de humanos sobre su superficie (suposición que, más tarde, comprobaremos que no es del todo cierta), y ante semejante panorama, Jack siente la necesidad o urgencia por recuperar las canciones de los Beatles tras interpretar «Yesterday» ante sus amigos, quienes quedan fascinados. Ha de recordarlas para regalárselas a ese mundo amnésico y si, de paso, puede alcanzar el éxito que tanto se le ha negado, ¿quién se va a oponer?

Jack se pasará los días y, sobretodo, las noches estrujándose el cerebro, tratando de capturar la letra completa de las míticas piezas y, poco a poco, comienza a hacerse famoso, primero de forma tímida y, luego, a nivel global cuando el intérprete Ed Sheeran se fija en él y lo contrata como telonero. La vida de Jack comienza a girar de una forma espantosamente rápida, aislándolo y “vaciándolo”. La fama lo engulle y la pesadilla se constata cuando se convence de que no es más que un farsante que se apropia de lo que escribieron otros, pero Jack logra vencer de la forma más inesperada en una cinta que se abre en canal al romanticismo.

Puede que el mensaje de «Yesterday» sea el de que debemos “conformarnos” con cumplir los sueños más humildesque son los que cubrirán nuestras verdaderas necesidades. Aquellos mismos que harán que nuestra vida merezca la pena; aquellos que atraviesen los flacos paneles de la superficialidad y que nos cubren con calor. Ese es el mensaje, no sin ello reivindicar todo lo positivo que encierran las canciones de los de Liverpool. 

La película está bien dirigida por Danny Boyle. Su duración es justa y nunca cae en un bache de aburrimiento; toca muchos palos con dosis acertadas, llegando a cortarse a tiempo el histrionismo del típico elemento cómico “fumeta” y desterrando el romanticismo tontorrón.

«Yesterday» es muy agradable de ver y, sobre todo, de escuchar, pero no le busquéis tres patas al gato ni os paséis de puristas y chorras.

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