Guardia de televisión: reseña a la segunda temporada de «Sólo asesinatos en el edificio» (2022)

Título original: Only Murders in the Building. 2021. 10 episodios de 30 min. EEUU. Dirección: John Robert Hoffman (Creador), Steve Martin (Creador), Jamie Babbit, Cherien Dabis, Gillian Robespierre, Don Scardino. Guion: Steve Martin, Madeleine George, Stephen Markley, John Robert Hoffman, Kirker Butler, Kristin Newman, Ben Smith, Ben Philippe, Matteo Borghese, Kim Rosenstock, Rob Turbovsky, Rachel Burger, Thembi Banks. Historia: Madeleine George, Stephen Markley. Reparto: Steve Martin, Martin Short, Selena Gomez, Aaron Dominguez, Amy Ryan, Nathan Lane, Tina Fey, Michael Cyril Creighton, Vanessa Aspillaga, Ryan Broussard, Esteban Benito, Russell G. Jones, Adina Verson, Jonathan Burke, Teddy Coluca, Adam DeCarlo, Quincy Dunn-Baker, Meredith Holzman, Sting, Lylan Carson, Olivia Reis, Jackie Hoffman, Zainab Jah, Julian Cihi, James Caverly, Jayne Houdyshell, Ali Stroker

Un exceso de absurdo que no me ha gustado 

Dejando al espectador comprometido para la siguiente temporada, el capítulo 10 finalizó con la muerte de la presidente del Arconia, Bunny Folger, en el piso de Mabel, siendo los tres responsables del podcast «Sólo asesinatos en el edificio», quienes pasaron de celebrar la resolución del asesinato de Tim Kono a ser arrestados como sospechosos.

Y esta segunda temporada tiene algunos matices que la diferencian de la anterior y no precisamente para mejor. Es incuestionable que el crimen que se investiga, así como sus ramificaciones, adquiere una mayor complejidad. Incluso la existencia de pasadizos secretos en el Arconia dotan a la historia de un gusto aún más clásico, de ese misterio que nos resulta familiar. Sin embargo, como suele suceder, han tenido que introducir no pocos personajes para que los engranajes funcionasen. Muchos que eran meras sombras adquieren importancia y aparecen otros han sido creados para la ocasión (incluso para meter la cuña homosexual en el trío protagonista).

Un aspecto que puede que no me haya gustado, pero que no tuerce mi gesto hasta el desagrado, sea el exceso de absurdo. Ya lo hubo en el capítulo de cierre de la primera temporada, pero en el de esta segunda creo que se han pasado y ha habido demasiado en otros episodios. Que, oye, ha dado pie a muchas situaciones divertidas, pero cuando tienes que apartar la vista porque te produce vergüenza ajena… Eso ya es otra cosa.

También se observan baches en el guión, adelantando eventos a trompicones o metiendo resoluciones de subtramas no muy bien realizadas, como la “ruptura con Jan” o la redención de los Dimas.

Al menos, prometen una tercera temporada, dejando atrás las paredes del Arconia y manteniendo el estilo. Veremos qué tal.


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