Guardia de literatura: reseña a «Nueve cuentos malvados», de Margaret Atwood

Título original: «Stone Mattress»
Ediciones Salamandra
1ª edición: marzo de 2019
Traducción: Victoria Alonso
Blanco
ISBN: 978-84-9838-937-1
299 páginas

Nueve cuentos interesantes, que atraen, pero que tienen la pega de dejar un sabor de boca agrio porque no están bien finalizados

Aunque lo que me movía era leer «El cuento de la criada», una novela que se deshizo de varias capas de polvo y olvido gracias a la serie de televisión, a falta de pan buenas son tortas y siempre resulta más acertado introducirse en la bibliografía de un autor a medio de obras más ligeras. Un recopilatorio de relatos resulta ideal para descubrir el estilo narrativo de un escritor cualquiera y poder retirarse a tiempo si no gusta.

«Nueve cuentos malvados», cuyo eje principal es la muerte, es una oportunidad deliciosa para conocer a Margaret Atwood, cuya prosa me ha gustado y mucho, y eso que algunos de estos relatos apenas me han interesado o no les he encontrado sentido o un final a la altura. Me he quedado con los ojos prendidos, página tras página, pues tiene una chispa que me resulta novedosa aunque es posible que Atwood acabe abusando de la misma.

Los tres primeros relatos (Alphinlandia, El aparecido y La Dama Oscura), forman una trilogía protagonizada por un triángulo amoroso que, ya en la vejez, se vuelven a encontrar de una forma inesperada. 

Alphilandia es el mundo de fantasía que una escritora lleva hilando desde la década de 1960 y que le ha reportado ingentes beneficios económicos como también la prestación (pura envidia en demasiadas ocasiones) de que su prosa sea tachada de indigna y bastante mojigata. Una mujer que está sola en su casa en mitad de una tormenta de nieve y que escucha a su difunto marido. Por alguna razón, sueña con un amante, un poeta engreído y hoy famoso, con el que había tenido una tórrida relación de juventud, algo que no le sentará nada bien al fantasma.

Resulta interesante la figura de la autora y ese marido que no se va, pero lo que parece una historia sobrenatural termina haciéndose humo, pues la trilogía se centrará en el triangulo amoroso antes mencionado.

El aparecido está protagonizado por este poeta engreído, malicioso y desesperante, también ya anciano que vive con su última esposa que bien podría ser su hija. Un buen día recibe la visita de una universitaria que dice estudiar su obra, pero que, en realidad, quiere información sobre su relación y los primeros pasos de la creadora de Alphinlandia.

Puedo decir que es un relato divertido, con el que ya te vas formando una idea, aunque no de la forma en la que terminará la trilogía.

La Dama Oscura es la figura femenina a la que el poeta engreído dedicó una serie de poemas en los años 1960, la misma que fue pillada en la cama en plena faena por una joven autora de novelas y cuentos de fantasía. Sin embargo, el relato es el retrato de una pareja de gemelos que se dedican a asistir a los entierros de sus enemigos, sobre todo los de la Dama Oscura. Cuando se entera del fallecimiento del poeta, no hay excusa para no asistir y regodearse del espectáculo, pero la mujer también quiere enfrentarse a la chica que destrozó medio siglo atrás.

Quizá más divertido que el anterior, tiene un final que descuadra por completo y que aboga por el perdón y el olvido.

Terminada esta trilogía, comenzamos con Lusus naturae, narrado por una mujer que de niña sufrió un brote epidémico que la convirtió en un monstruo peludo de ojos amarillentos y dientes rosados que espanta a su propia familia hasta el punto de anunciar su muerte y organizar un entierro, todo para que la vida siguiera su camino. Una vez sola, con los padres muertos y la hermana mayor bien casada y que reniega de ella, la protagonista se convierte en una sombra del bosque y en un ser paranormal en la casa familiar, hasta que comete un descuido y…

Me gustó mucho la narración, aunque fuera en primera persona. Casi parece el guión de una película en blanco y negro de Serie B, que podría haber tenido más extensión, aunque ciertamente tampoco la necesitaba, pues parece más bien un ejercicio de la autora para vencer el aburrimiento.

El novio liofilizado, al igual que Lusus naturae, es un relato que no está protagonizado por ancianos, pero en el que la muerte está muy presente, así como los bajos instintos humanos. El protagonista de este relato es un hombre que acaba de ser echado de casa por su mujer y que, en pleno vendaval, aprovecha para asistir a otra subasta de trasteros con los que surtir su tienda de antigüedades y muebles, así como recoger cierta sustancia que han dejado a propio intento en uno de ellos. Sin sospechar nada, en uno de los apartados se encuentra lo que parece una boda entera. Todo listo para montar una celebración… Traje de novia, champán, copas, mantelería, copas… Incluso un novio, aunque muerto, envuelto en plástico. Justo entonces aparece la arrendataria del trastero…

Interesante relato que primero incide mucho en la no tan inesperada ruptura sentimental del protagonista con su mujer, que va dejando paso a las fantasías del hombre sobre su propio asesinato.

Sueño con Zenia, la de los colmillos rojo brillante tiene por eje a tres mujeres jubiladas unidas por Zenia, una mujer que las traicionó en el pasado. Una bruja que no dudan en despellejar, pero que, bien podría tener buenas intenciones.

Corto relato que, a pesar de está bien escrito, no aporta mucho y a veces no tiene lógica.

La mano muerta te ama es el título de una novela de terror escrita a comienzos de los años 1960 por el protagonista de este relato. Una obra de juventud, escrita bajo la amenaza de ser desahuciado por sus compañeros de casa en la universidad, que retrata a los mismos de forma cruel (aunque también merecida), y que, de forma inesperada, es un éxito literario que lo convierte en un clásico del género, merecedor de dos adaptaciones cinematográficas e ingentes cantidades de regalías que el autor, por un contrato firmado antes de ponerse a ella, ha de dividir en partes iguales entre sus otrora compañeros de alojamiento en la universidad. El chico y después hombre vive amargado por tan injusto negocio y, aún con demasiadas canas y achaques, quiere ponerle fin aunque sea de forma violenta.

Como los otros, muy bien escrito, pero frena un poco que Atwood dedique la mitad del relato a sintetizar el argumento entero de la novela de terror.

Colchón de piedra es una curiosa arma para un asesinato, el que, quizá, le servirá a una viuda negra durante un crucero por el Ártico para vengarse del hombre que de adolescente la violó y embarazó.

Yo diría que este relato es el más oscuro y el de mayor interés.

A la hoguera con los carcamales cierra este recopilatorio y nos traslada a un geriátrico de cierto nivel económico donde reside una mujer que sufre el síndrome de Charles Bonnet y cuyo principal defensor es otro anciano, procedente de Europa del Este, en medio de una situación inusual: un movimiento global, que se revuelve de forma violenta ante la situación económica, ecológica y social en la que, según ellos, les dejan las generaciones precedentes. Se suceden asaltos a residencias y asesinatos, y el centro donde viven sus últimos días nuestros protagonistas parece el siguiente de la lista en pasar por la purificación del fuego.

A pesar de lo inquietante del argumento, que bien valdría el esfuerzo de escribir una novela de terror a lo Stephen King, el relato se queda desinflado y, como en otros anteriores, sin una resolución clara.

En resumidas cuentas sirve para conocer a Margaret Atwood en pequeñas dosis y que no te extrañe quedarte atrapado por sus redes.


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