Guardia de cine: reseña a «El Imperio contraataca»

Título original: «Star Wars. Episode V: The Empire Strikes Back». 1980. 2 h y 4 min. EEUU. Dirección: Irvin Keshner. Guión: Leigh Brackett, Lawrence Kasdan. Reparto: Mark Hamill, Harrison Ford, Carrie Fisher, Frank Oz, Billy Dee Williams, David Prowse, Alec Guinness, Anthony Daniels, Kenny Baker, Peter Mayhew, Jeremy Bulloch, Kenneth Colley, Bruce Boa, Julian Glover, Denis Lawson, Michael Culver, John Ratzenberger, Michael Sheard

«El Imperio contraataca» es, de las tres “primeras” películas, la que menos recaudó en taquilla, pero es la favorita de la mayoría por cuanto asienta las bases del universo de Lucas y la filosofía del mismo

Tras sufrir el Imperio una derrota tan inesperada como humillante en el sistema Yavin, recibiendo un puñetazo que le dejó con el ojo a la virulé y con una estación espacial de combate menos, éste no escatimará esfuerzos en dar con unos adversarios tan rijosos cuyos nombres resuenan en toda la galaxia.

Han transcurrido tres años en los que la Rebelión ha ido de traspiés en traspiés, hasta el punto de que su ejército queda arrinconado en el inhóspito y yermo planeta del sistema Hoth donde los generales creen que estarán a salvo tras terminar la “mudanza”, pero tanta sonda imperial desplegada por el ancho espacio tenía que traer, a medio plazo, buenas noticias para Darth Vader, regresando así los encarnizados combates y la saga que con esta segunda entrega gana profundidad y espesor de capas. Ya no estamos ante el ligero cuento infantil revisado, sino ante un desarrollo madurativo para el héroe, en quien no queda rastro del paleto con suerte de Tatooine. Ahora es un hombre curtido pero incapaz de creer, obligado a iniciar una búsqueda para alcanzar el culmen de un conocimiento del que apenas logra vislumbrar una sombra (incluido el terrible secreto familiar que aún dará mucho de qué hablar). En paralelo tenemos el floreciente amor entre Han Solo y la princesa Leia Organa, dando pie y camino a una trama ágil y divertida que ofrecerá al espectador una de las escenas más románticas (y menos empalagosas) de la Historia del Cine: la réplica de Han Solo a la declaración de amor de Leia antes de ser el contrabandista congelado en carbonita y pasar al catálogo de decoración del Ikea galáctico para Hutts.

«El Imperio contraataca» es, de las tres “primeras” películas, la que menos recaudó en taquilla, pero es la favorita de la mayoría por cuanto asienta las bases del universo de Lucas y la filosofía del mismo, presentando a todos los protagonistas e identificándose como guía de héroes en pos del Bien o de un Grial que traiga la paz y aleje todo mal de la vida de los amedrentados habitantes de la galaxia.

Es una entrega más completa, con mayor mimo y detalle antes de abandonarnos a la acción desaforada de «El retorno del jedi», cuyo nivel intelectual es inferior, en la que hay conflicto, tensión, drama, comedia, aventura… ni un momento de respiro, pero no por ello está sobrada de piezas bien lubricadas.

A semejanza que sucedió con «Una nueva esperanza», nadie en el equipo de producción de «El Imperio contraataca» fue capaz de crear en la mente del espectador el lapsus temporal existente entre la batalla de Hoth y los avatares de la ciudad de Bespin. No existe sensación de desplazamiento temporal aún cuando transcurren semanas o, incluso, meses en las que Luke Skywalker agota sus clases intensivas de jedi.

Otro problema del que adolece la trama es el determinar cómo Darth Vader alcanzaría el conocimiento de que su hijo iba a desarrollarse en la Fuerza hasta el punto de presentir el futuro y lanzarse al rescate de sus amigos en la ciudad-nube. Hacía tres años que el joven se había quedado sin guía y eso que apenas había recibido un par de lecciones, y Vader nunca menciona o sospecha que Luke pueda estar recibiendo las enseñanzas de otro maestro exiliado, como es Yoda.

Estos puntos temporales fueron resueltos, no obstante, en la novelización de la película, donde somos conscientes del duro e intensivo entrenamiento de Luke y de lo que necesita el Halcón Milenario para alcanzar, sin hipervelocidad, el sistema Bespin, adelantándoles el cazarrecompensas Bobba Fett y el Imperio.

Ésta es y seguirá siendo mi película favorita de las aventuras de esta saga inicial y original, donde aparece el arma imperial más impresionante jamás diseñada (los AT-AT walkers), donde la fantasía se da la mano con el relato adulto, donde la profundidad es mayor y nos permite una zambullida en la negrura del alma de Darth Vader y la tragedia de ese que fue llamado a traer el equilibrio a la Fuerza.

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