Guardia de cine: reseña a «Granujas a todo ritmo»
Título original: «The Blues Brothers». 1980. 132 min. EEUU. Dirección: John Landis. Guión: John Landis, Dan Aykroyd. Reparto: Dan Aykroyd, John Belushi, Henry Gibson, Carrie Fisher, James Brown, Kathleen Freeman, John Candy, Aretha Franklin, Ray Charles, Charles Napier, Cab Calloway, Steve Cropper, Donald “Duck” Dunn, Murphy Dunne, Willie Hall, Tom Malone, Lou Marini, Matt Murphy, Alan Rubin, John Lee Hooker, Twiggy, Steve Lawrence, Frank Oz, Jeff Morris, Steven Williams, Armand Cerami, Joe Walsh
El entretenimiento será el sello de esta película, con su carrera alocada hacia el dinero, entre lo absurdo y disparatado de un metraje en su versión original y sin los cortes que se le practicaron en España, permitiendo recuperar su lenguaje más feroz, inteligente y contextualizado.
Siempre supe de la existencia de esta película. Que si los Blues Brothers por aquí, que si los Blues Brothers por allá. Pero, al ser uno de esos títulos míticos, "nunca" se emitía en la televisión en abierto. Sabía quiénes eran sus protagonistas (aquí aparece un Dan Aykroyd casi irreconocible: delgado) y que se paseaba ante la cámara un generoso ramillete de grandes rostros y nombres de la música como James Brown, Aretha Franklin, etc., (además de algunos cameos como los de Twiggy o el mismo Steven Spielgberg), insuflándole vida musical a lo que es la comedia/road movie más irreverente y absurda que jamás haya visionado, pero muy alejada del humor grosero y facilón que triunfa en nuestros días.
Cuando Joliet Jake Blues sale de la cárcel y es recogido por su hermano Elwood, ya todo pinta raro, pues, ¿cómo se le ocurre a Elwood ir con un coche patrulla comprado de saldo en una subasta? Éste es un mal trago para Jake, como el tener que ir a ver al Pingüino, que es como los Blues se refieren a la monja que dirige el orfanato donde ambos crecieron. En una escena memorable: los Blues sabrán de los problemas fiscales de la institución y se embarcarán en lo que pronto denominarán como una misión de Dios para reunir el montante de 5.000 $ y detener la operación de traba. Y de entre todos los caminos limpios posibles para hacerse con semejante cantidad de dinero en dos días solo les queda reunir a su banda y conseguir un buen bolo. Ahí será cuando comienzan los Blues a tirar millas, mientras son perseguidos por decenas de coches de policía que acabarán para el desguace (¿recuperarían en salas el dinero de tanto choque y destrozo?), neonazis de Illinois un tanto gilipollas y músicos country sin sentido del humor, así como por Carrie Fischer, en el papel de una despechada novia terrorista, abandonada por Jake en el altar tres años atrás.
El entretenimiento será el sello de esta película, con su carrera alocada hacia el dinero, entre lo absurdo y disparatado de un metraje en su versión original y sin los cortes que se le practicaron en España, permitiendo recuperar su lenguaje más feroz, inteligente y contextualizado.
Es una comedia a lo «El gran Lebowski»: si te hace gracia lo que ves desde el minuto uno, sigue viéndola. Si no, mejor será que emplees tu tiempo en otros menesteres.
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