Guardia de cine: reseña a «La torre oscura»
Título original: «The Dark Tower». 2017. 95 min. EEUU. Fantástico, Ciencia ficción. Dirección: Nikolaj Arcei. Guión: Akiva Goldsman, Nikolaj Ancers, Anders Thomas Jensen basándose en la obra de Stephen King. Reparto: Idris Elba, Matthew McConaughey, Tom Taylor, Katheryn Winnick
La película supone una síntesis, acertada o no, aceptable o no, indignante o no, de la obra literaria original. Una píldora minúscula de entretenimiento puramente palomitero y nada más
Comenzar la ardua tarea de abrir las tapas del primer volumen de la amplia serie de tochazos que giran bajo el título genérico de La Torre Oscura, es algo que me supera. Esos bloques de papel que tan bien sirven para calzar sofás dan cobijo a semejante batiburrillo de ideas paridas por Stephen King, que abruman hasta al más valiente con solo llegar con algo de retraso a las periódicas publicaciones editoriales del de Bangor. Entre sus miles de páginas se encierra un mundo compuesto por las piezas de un puzle anárquico, con los gustos, pasiones y miedos del autor. Es como una masa que crece con cada destello de King frente al ordenador, llegando a colocarse él mismo como personaje y acusando a los propios protagonistas de la saga de ser responsables o cómplices del grave accidente de tráfico que sufrió hace veinte años. Incluso parece que mete en la salsa a Harry Potter y sus compañeros de Hogwarts (eso he oído).
Es como un diario violento y mágico, donde se dan cita la fantasía épica, el western, los futuros distópicos, el terror… palos que King ha tocado con mayor o menor frecuencia y acierto a lo largo de su no corta carrera y que se aglomeran en esta serie encabezada por un pistolero (o caballero andante) que responde al nombre de Roland Deschain.
De este universo en particular solo he tomado contacto a medio de un relato suelto, incluido en el recopilatorio «Todo es eventual», bajo el título “Las hermanitas de Eluria”. Completo tan superficial relación personal con esta obra, algún artículo publicado por ahí, algún podcast subido por allá en tal plataforma… Y mi somero conocimiento de la biografía general de King fuera del círculo mágico del terror. Por ello sabía que asomarme a la pantalla y visionar esta ingenua adaptación al cine no iba a provocarme trauma alguno.
El que un cineasta se haya empecinado en condensar algo tan magno en una película de 90 minutos es lo que me ha llevado a tildar la producción de “ingenua”. Salvo «La zona muerta», pocos títulos (ninguno en la práctica) pueden considerarse dignos como adaptaciones de las novelas de King, quien parece hacer todo lo posible para desquiciar al guionista más entregado. La magnitud de «La Torre Oscura» advertía de un desastre fílmico que no se podría subsanar ni con una serie de televisión a lo HBO.
Sin embargo, yo he disfrutado de la película por lo dicho: mi casi nulo contacto con el mundo de «La Torre Oscura». Tanto es así que ni me ha importado que se haya “tiznado” al protagonista para que tuviera el rostro de Idris Elba (consecuencias de lo políticamente correcto), algo que no ha sido perdonado por muchos fans pues, por lo visto y leído, las referencias a que el pistolero es blanco y rubio son constantes, hasta la náusea, quizá como contraste físico a esa oscuridad que amenaza a los mundos y a ese “Hombre de negro”.
Pero a mí me ha dado lo mismo, pues Idris Elba es un magnífico actor, a quien le da una réplica a la altura a Matthew McConaughey.
La forma de presentar la historia es correcta, pues, aún con su complejidad intrínseca, permite entender y no perderse en ese paralelo por donde Roland vaga sin rumbo. Las preguntas se responden y no se generan otras, lo cual es un truco bien ejecutado para todo aquel que sea neófito.
Por otro lado, ha sido un acierto el no haber filmado escenas de acción interminables a lo hongkonés o a lo Peter Jackson.
La película supone una síntesis, acertada o no, aceptable o no, indignante o no, de la obra literaria original. Una píldora minúscula de entretenimiento puramente palomitero y nada más, aunque con un final muy del uso común en los últimos días: abrupto y que sucede con la muerte de casualidad y sin dignidad del malo (como en «El muñeco de nieve», la adaptación de la obra homónima de Jo Nesbo). Y es que había que poner fin al metraje de algún modo, feliz y con champaña para todos.
«La Torre Oscura» no es más que entretenimiento encabezado por dos buenos actores protagonistas. En muchas ocasiones el cine no debería ser más, pero, ¿en qué ha afectado esta producción a la obra literaria? No lo sé. Quizá sea capaz de responder a la pregunta algún día y pueda despellejar esta película como es debido, tras sufrir un episodio de trastorno mental transitorio y tras ponerme a la lectura, adquiriendo de paso un dolor crónico de muñeca. Ya se verá.
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