Guardia de cine: reseña del anime «Look Back» (2024)

Título original: Look Back. 2024. 55 min. Japón. Dirección: Kiyotaka Oshiyama. Guion: Kiyotaka Oshiyama, manga de Tatsuki Fujimoto. Reparto: Yumi Kawai, Mizuki Yoshida. Música: Haruka Nakamura

Menos de una hora basta para firmar una de las consideradas mejores películas de animación japonesa de 2024

No se necesita más tiempo cuando la historia tiene un trasfondo emocional sólido y se acompaña de un trabajo de producción y posproducción impecable. Look Back es pura poesía convertida en imágenes y colores, capaz de arrancar más de una lágrima al espectador. A mí, en particular, se me hizo excesivamente breve.

La cinta adapta al formato de mediometraje el one shot homónimo del mangaka Tatsuki Fujimoto (Chainsaw Man). Una historia con tintes autobiográficos, pues los dos personajes principales, Fujino y Kyomoto, encarnan perfiles y experiencias que el propio Fujimoto vivió en carne propia.

Si hubiera que sintetizarla en una sinopsis, sería esta: en una pequeña localidad del Japón rural, Fujino, una niña de primaria, se gana la admiración de sus compañeros gracias a las tiras cómicas de cuatro viñetas que publica en el boletín escolar. Su humor destaca, pero lo que más alimenta su ego son los elogios a su dibujo.

Un día, un profesor le pide que comparta espacio en el boletín con Kyomoto, una compañera que estudia desde casa debido a su agorafobia. Fujino acepta a regañadientes, pero pronto sufre una crisis al descubrir que el trabajo de Kyomoto —más enfocado en paisajes y arquitectura— es sobresaliente. Orgullosa, obstinada y celosa por dejar de recibir la atención de sus compañeros, Fujino se obsesiona con superar a la desconocida, aunque ello suponga distanciarse de su familia y amigos. Hasta que, finalmente, decide abandonar el dibujo.

Aunque parecía que nunca se conocerían, Fujino y Kyomoto terminan cruzando sus caminos y forjando una amistad marcada por la ternura, la superación, los desencuentros, el dolor, la muerte y la culpa. Fujino impulsa a Kyomoto a abrirse al mundo, pero esta siempre parece ir a su sombra… hasta que decide tomar las riendas de su vida. El drama que las reencuentra lleva a Fujino a construir una fantasía en la que Kyomoto habría tenido un destino distinto.

El título Look Back —literalmente “mirar hacia atrás”— se ha interpretado como una referencia a la canción de Oasis Don’t Look Back in Anger. Según algunos analistas, se extrae del texto en inglés que se encuentra en el título de la obra en conjunción con la primera viñeta —donde podemos leer Don’t en una pizarra—, y la segunda viñeta —donde encontramos in anger en una hoja tirada al suelo—. Algo que explica la última escena del mediometraje: la idea de no despreciar el tiempo pasado con la persona amada que ya no está, no para evitar el dolor, sino para aceptarlo y seguir adelante.

La película evoca inevitablemente escenas propias del Studio Ghibli, tanto por la contemplación de paisajes y silencios cargados de significado como por el uso de una banda sonora dominada por acordes de piano. A la vez, funciona como una declaración de amor-odio al manga, con constantes guiños que sabrán detectar los lectores atentos.

Si tuviera que escoger a uno de los dos protagonistas, me quedo con Kyomoto. Aunque en su primera aparición se muestra como una fan obsesiva del trabajo de Fujino, despierta una ternura desarmante. Lo que en otro personaje podría resultar inquietante, en ella se traduce en candor gracias a su particular situación personal. Quizá también porque me reconozco en ella: yo también he necesitado de alguien que me empujara a asomarme al mundo y a salir de la coraza que me construyen las paredes.

Look Back es una película corta, demasiado. Cuando los títulos de crédito irrumpieron de forma inesperada, me sorprendí: “¿Ya está? Yo quiero más”.

No me atrevería a afirmar con rotundidad que sea el mejor anime del año 2024, pero sí puedo decir que Look Back es una pequeña joya. Disponible en Amazon Prime, no defraudará a nadie que se deje llevar por su sensibilidad.


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