Guardia de cine: reseña a la película «Todo a la vez en todas partes» (2022)
Título original: «Everything Everywhere All at Once». 2022. 139 min. EEUU. Dirección: Dan Kwan, Daniel Scheinert, Daniels. Guion: Dan Kwan, Daniel Scheinert, Daniels. Reparto: Michelle Yeoh, Ke Huy Quan, Jamie Lee Curtis, Stephania Hsu, James Hong, Tallie Medel, Harry Shum Jr., Jenny Slate, Anthony Molinari, Audrey Wasilewski, Peter Bonifaz, Brian Le, Andy Le
Un film con un montaje demencial. Divertida, sí, pero a la que no se la puede tomar muy en serio
Llegaba la hora de ver y reseñar la película más cacareada así como la más laureada del 2022. Dicen por ahí que ha desbancado en trofeos de estantería a la mismísima «El retorno del Rey». Dicen y no tengo porque ponerlo en duda, pues no me he puesto a contar.
Y le tenía ganas, pero la he ido postergando por un no sé qué, por lo que podría saltarme al ojo en plena alergia estival. Pero, al final, me he puesto a ello y reconozco que no es una película que me haya dejado indiferente. Es muy sorprendente y es muy divertida, con un empleo excesivo del multiverso que deja al Dr. Extraño en un mindundi. Se aprecia en ella una tarea titánica de rodaje y posproducción, con un montaje demencial. Y del guión deciros que está muy bien, con mensaje final es muy bonito, aplicable a cualquier plano de la realidad. Pero no sé yo si llega a ser merecedora de tanto halago en forma de estatuillas y demás.
Es una película que, a pesar de ser un drama, en ningún momento se la puede tomar en serio, llegando al punto de convertirse en una comedia absurda, como sabemos la forma en la que los “saltadores” acceden a otros alter egos durante la exageradísima escena de pelea en las oficinas de Hacienda; o cómo hace chanza de otras películas, como «2001», las de Bruce Lee y la Marvel, «Matrix» o, incluso, «Ratatouille». Pero puede que lo que se subraye es que nos sorprenda ver a Michelle Yeoh haciendo algo más que coreografías de kung fu. Una Michelle que encarna a Evelyn, una atribulada mujer que, junto a Waymond, su en apariencia pardillo marido, regenta una lavandería de tres al cuarto. La vida de por sí ya es un infierno, a lo que se suma que tiene bajo su mismo techo a su padre, Gong Gong, un hombre que nunca tuvo esperanza alguna en su hija (algo que nunca dejó de recordárselo) y que aún desconoce que su nieta es una lesbiana enamorada de una blanca caucásica.
Evelyn parece haberlo hecho todo mal en la vida, sobre todo tras abandonar la casa paterna para irse con Waymond a los Estados Unidos para malvivir de un negocio que considera odioso.
De camino a una inspección tributaria en un día que no podía ser menos propicio para que el sol brillase sobre Evelyn con una sonrisa, ésta se verá inmersa, dentro del ascensor, en una lucha multidimensional contra Jobu Tupaki, un poderoso ser capaz de controlar distintas dimensiones y cuya hambre voraz de destrucción amenaza todas las realidades. Una guerra que libran los humanos del universo Alpha, los mismos que crearon a Jobu. Jobu quien es la hija de Evelyn, Joy.
El personaje de Joy es alguien que sufre en su más absoluta soledad y que, como Jobu Tupaki, quiere acabar con todo o, mejor dicho, con ella misma, pues no encuentra la felicidad en ninguna parte, en ninguna dimensión.
Está muy presente en la película esa sensación que todos tenemos en algún instante de estar encasillados en un plano que nos hace infelices, como si en otra dimensión, si se pudiera cambiar algo, seríamos dichosos o, al menos, diferentes. También encontramos el mensaje de abandonar la senda de la incomprensión y la soledad, abrazando la empatía y la aceptación con nosotros mismos y con aquellos con los que estamos para alcanzar una suerte de plenitud, con independencia de nuestro entorno “real”, incluso si nos toca en suerte una dimensión en la que tengamos salchichas por dedos.
Me ha parecido entretenida, aunque en parte de su tercio final se me ha hecho algo cuesta arriba. Está como necesitada de la poda de algunos minutos. Y, como he dicho, es curiosa y divertida. Igualmente, tiene fondo dentro de tan extravagante experimento, pero yo no la considero a una altura como para que los jurados se rindieran de tal modo.
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