Guardia de ensayo: reseña a «Hacer cómics: secretos narrativos del cómic, el manga y la novela gráfica», de Scott McCloud

 

Título original: «Making comics.
Storytelling secrets of comics,
manga and graphic novels»
ASTIBERRI, Bilbao
Primera edición: septiembre de 
2007
ISBN: 978-84-96815-14-8
26 páginas


Scott McCloud, movido por un ánimo tan ingenuo como es ayudar a los novatos, acabó publicando un libro de cabecera

Muchos han sido los autores que han intentado “el asalto a la fortaleza” desde que el cómic se popularizó. Algunos lo hicieron guiados por la honesta intención de abrir las puertas a otros más tímidos que dudaban a la hora de ponerse frente a la hoja en blanco; otros, por presumir de conocimientos, pero la mayoría, quizá el 99,99%, se limitaron con publicar sus notas, debidamente reunidas y encuadernadas, en las que era fácil perderse ante la profusión lenta de palabras. Un medio dinámico ha de ser explicado de un modo dinámico, cosa que no es fácil de entender cuando se trata de ensayos.

Scott McCloud, dentro de ese 0,01%, triunfó donde otros mellaron sus espadas. Este «Hacer cómics» es un ensayo a corazón abierto, escrito y dibujado tras dos décadas de experiencia en el sector que le otorgan a McCloud el título legítimo de guía del desfiladero maldito al que se enfrenta con una genial obviedad: hablar de los secretos del cómic a través de un cómic, y es que «Hacer cómics» lo componen 264 páginas profusamente ilustradas, con algún corto apartado de notas y ejercicios, que desgranan cada paso, desde ir creando una historia en viñetas desde la nada.

Finalizada la lectura de «Hacer cómics» puedo afirmar que muchas cosas de las que McCloud trata ya las conocía por mi labor de escritor y guionista, como reducir el número de imágenes y texto al mínimo comprensible, sin pecar de excesos invalidantes que solo aportan farragosidad, lentitud y falta de claridad. Otras cosas las debía saber o intuir, pero nunca había reparado en ellas, como es el flujo… Con todo ello, me ha gustado mucho que McCloud no trate de cerrar caminos a nadie; para él no existen formas erróneas de componer, solo diferentes; otra cosa es que el aspirante en ciernes quiera hacerle todo el caso o prefiera saltarse algunos pasos, costumbre muy arraigada en mi persona que, luego, me hace perder más tiempo.

Aún arropada por varios pesos pesados del mundillo, como Neil Gaiman, Alan Moore, Will Eisner y Art Spiegelman, «Hacer cómics» no es una obra perfecta. Considero que los capítulos, al menos algunos de ellos, son excesivamente largos, pretendiendo dar cabida a una ingente cantidad de información que lleva al lector al vértigo e, incluso, a saltarse algunas partes para poder darse un respiro (justo lo contrario de lo que subraya durante los primeros compases). Obviamente, algunos factores de la creación merecen una luz más intensa que otros y aunque en el índice conste una estructura muy esquemática de capítulos y subapartados, estableciendo un orden jerárquico, luego, dentro del tomo, no somos capaces de discernirlos al primer intento, pues es todo una sucesión de viñetas, sin que, aparte del enunciado de los capítulos, haya nada que nos advierta del cambio de tema hasta salvados unos instantes. Eso me provocó cierta desazón que no se aliviaba con el pasar de las páginas. He de reconocer que hacerlo de otro modo habría conducido a un desequilibrio de maquetación y a un replanteamiento cuasi absurdo de toda la obra, pero habría estado bien haber recurrido a un recurso similar a los postits, por ejemplo y a falta de mejor idea.

¿Os recomiendo leer esta «Hacer cómics» a aquellos interesados por este maravilloso mundo que es contar historias a través de viñetas? Por supuesto que sí. De todos los ensayos que he leído sobre la creación de banda diseñada, ninguno ha sido tan claro y directo como éste, además de ameno (porque anda que no hay cada hueso por ahí circulando…). 

Este es un libro de cabecera.

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