Guardia de televisión: reseña de la primera temporada de «Dune: La profecía» (2024)

Título original: Dune: Prophecy. 2004. 6 episodios de 60 min. EEUU. Dirección: Diane Ademu-John (creadora), Anna Foerster, John Cameron, Richard J. Lewis. Guion: Diane Ademu-John, Leah Benavides Rodríguez, Carlito Rodríguez basándose en la novela de Brian Herbert y Kevin J. Anderson. Reparto: Emily Watson, Olivia Williams, Travis Fimmel Chloe Lea, Jade Anouka, Mark Strong, Chris Mason, Faoileann Cunningham, Emman Canning, Jody May, Indira Varma, Sarah-Sofie Baoussnina, Aoief Hinds

Una serie para disfrutar si te gustan las producciones cuyos guiones se basan en las intrigas palaciegas, las traiciones, la manipulación y el abuso de poder

Aprovechando el tirón de las películas dirigidas por Denis Villeneuve, que adaptan la primera novela del universo creado por Frank Herbert hace más de medio siglo, la HBO ha sabido jugar sus cartas y presentarnos una serie a la altura. Basándose libremente en la novela La Hermandad de Dune, de Brian Herbert y Kevin J. Anderson, nos transporta en el tiempo a diez mil años antes de los hechos protagonizados por Paul Atreides, en una serie estructurada y presentada como un thriller político que algunos listillos han bautizado como “El juego de tronos de Dune”, aunque el buen amigo George R. R. Martin no inventara nada que no se hubiera visto con antelación.

Por desgracia, hemos sufrido extensiones interesadas de productos de éxito que fueron producidos sin cariño y sin presupuesto. Pero con Dune: La profecía se ha tirado la casa por la ventana con ambientación, diseño, vestuario, etc. Es una serie magnífica y una delicia, a lo que se une un guion escrito de forma sostenida y sin fisuras aparentes. Debió ser todo un reto mantener el nivel de calidad de las películas en la pequeña pantalla. 

En cuanto a su argumento, el recuerdo de los sufrimientos padecidos por la humanidad durante la Yihad Butleriana es reciente. Apenas han pasado unas décadas desde que se derrotó a las máquinas pensantes. El Imperio del Universo Conocido vive en un equilibrio frágil y la labor de la Bene Gesserit para engendrar al Kwisatz Haderach está en sus primeros estadios. Las intrigas y la necesidad de salvaguardar el proyecto de cría serán, en teoría, el motor que haga avanzar esta historia encabezada por las hermanas Valya y Tula Harkonnen, miembros de una casa caída en desgracia por culpa la acusación de traición lanzada por la casa Atreides, germen de un odio que alcanzaría su culmen en los tiempos de Paul Atreides. Dos vidas entrelazadas por la venganza, la hermandad Bene Gesserit y por la necesidad de mantener bajo control un Imperio, aunque todos sus esfuerzos pueden caer en saco roto con la irrupción de un misterioso soldado de nombre Desmond Hart, que dice haber sobrevivido al ataque de un Shai-Hulud, un gusano de arena de Arrakis, recibiendo a cambio unos poderes terribles e inimaginables.

Las hermanas Harkonnen, con un presente y un pasado manchado de sangre, son unas lobas hambrientas y deberían ser el pivote, sin embargo, lo cierto es que Hart, con menos minutos, atrae toda nuestra atención. Es un personaje creado ex profeso para esta adaptación televisiva y aquellos que han visto en él a Rasputín no han errado. Él parece ser el llamado a llevar a la hermandad Bene Gesserit a un juicio final, aquel al que se refiere la profecía de la madre superiora Raquela: el nacido dos veces. Las teorías sobre su verdadera identidad de Hart y el origen de su poder nos carcomieron por dentro durante varios capítulos hasta que en el último supimos un detalle muy importante y algo más, que desbarata conjeturas y erige otras, pero dejando incólumes aquellas que afirman que o bien es un arma manejada por las máquinas pensantes o por un ser del futuro, posiblemente a alguien que sucedió a Paul Atreides.

Esta serie es para disfrutar si te gustan las producciones cuyos guiones se basan en las intrigas palaciegas, las traiciones, la manipulación y el abuso de poder. El desarrollo de los capítulos es sobresaliente, sin que nos incomoden las analepsis, muy necesarias para comprender a las Harkonnen y para desvelar sus secretos. En esto último, se agradece que las actrices elegidas para hacer de las jóvenes Valya y Tula guarden un parecido físico con sus homólogas ya maduras.

Si le he de buscar un “pero”, el personaje de la princesa Inez, a pesar de su importancia como heredera del Imperio, resulta un poco seco e insustancial. El resto de personajes se mantienen, como Javicco Corrino (grandioso Mark Strong), la emperatriz Natalya, los nobles del Landsraad, etc., a pesar de la fuerza de Valya y Desmond, sin embargo Inez parece un capricho narrativo insustancial. Supongo y espero que su intervención en la narración gane enteros durante la venidera segunda temporada.

Y el gran “pero” es que Travis Fimmel no sabe interpretar otro personaje que no sea el de Ragnar Lodbrok. Siempre es la misma pose, la misma sonrisilla… Aunque he de reconocer que para el personaje de Desmond Hart es una línea que encaja como un guante. 

Otro gran “pero”, y esto es un destripe (¡aviso!), es que el maestro de armas Atreides se acabara medio fiando de la madre superior Valya Harkonnen cuando sabía de su responsabilidad en la matanza que sufrió su casa décadas atrás.

A todo ello, me hubiera gustado que apareciesen los Mentats y los navegantes de la Cofradía Espacial involucrados en todas estas intrigas, pero sería pedir demasiado. 

Ahora toca esperar una segunda temporada para tener la oportunidad de identificar quién se esconde tras Desmond Hart y qué tormentas le deparan al Imperio y a la Bene Gesserit.


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