Guardia de cine: reseña a «Encuentros en la oscuridad» (2019)

Título original: «Dark Encounter». 2019. 98 min. RU. Dirección: Carl Strathie. Guion: Carl Strathie. Reparto: Laura Fraser, Vincent Regan, Alice Lowe, Nicholas Pinnock, Mel Raido, Grant Masters, Sean Knopp, Spike White, Sid Phoenix

«Encuentros en la oscuridad» parece un plagio de ciertos instantes de «Encuentros en la tercera fase», salvando las distancias, carente de pies y cabeza

Durante el transcurso de la tarde del 17 de noviembre de 1982, estando sus padres ausentes de la casa, la pequeña Maisy Anderson, de ocho años, desapareció sin dejar rastro. La puerta de entrada abierta, una fotografía enmarcada de la familia hecha añicos y tirada en suelo, y el grifo del fregadero echando agua a borbotones. Un año después, tras el forzoso homenaje y recuerdo por parte de la comunidad, los padres, hermano y familia extensa de Maisy regresan a la casa con los nervios a flor de piel. Esa marca en el calendario es sal sobre una herida abierta y el contacto tan cercano entre ellos da pie a roces y a discusiones agrias durante una cena que dará paso a una noche de pesadilla en la que todos serán acosados por luces, ruidos inexplicables y presencias. Los Anderson irán, uno a uno, desvaneciéndose al incidir un haz azul sobre sus cabezas, hasta que sólo queden la madre, el hermano y uno de los tíos de Maisy. La pregunta es lógica: ¿es posible que ese mismo fenómeno fuera el responsable de la desaparición de la niña justo hacía un año?

El argumento no es muy para allá, ¿verdad? Es típico y tópico. Lo hemos llegado a ver incluso en telefilms de sobremesa. Además, gráficamente «Encuentros en la oscuridad» parece un plagio de ciertos instantes de «Encuentros en la tercera fase», salvando las distancias, con un terror que no termina de cuajar, si es que Carl Strathie, director y guionista, quería asustarnos con el monstruo de Frankenstein que es su segundo Largo. Y siento destriparos la película, que termina siendo decepcionante, pero no es creíble que unos extraterrestres se bajen a la Tierra no para secuestrar a una tierna humana, sino para resolver un caso de desaparición que es del todo mundano y desagradable.

Sin los ETs (y con unas mejores interpretaciones), podría haberse filmado un drama de esos profundos sobre el dolor y la pérdida mientras las sospechas florecen el día del aniversario. Pero la línea se emborrona o se injerta en una trama de luces y efectos que termina en un “mirad, esto es lo que pasó; lo sabemos porque nosotros estamos al quite en cualquier lado.”

La película no tiene mucho pie ni mucha cabeza. Se podría haber salvado la línea extraterrestre sumiendo a la población en un estado de pánico más intenso que el de una escena de exaltados ciudadanos a la puerta de la comisaría y una agente de Sheriff nerviosa por lo que ha visto en el cielo la noche anterior. Pero tras unas luces y unos minutos de angustia, los ETs se llevan a todos a un viaje de LSD y resuelven el caso tras abducir a media familia (¿por qué se los llevan? Ni idea).

Supongo que Strathie quería rendir tributo a las películas de oleadas OVNI y a la época en la que era un niño (comienzos de los años 1980), sin embargo, en mi opinión, se hace un lío y no sabe por dónde llevar su guión. Ganas no le faltaban, pero ésta es una película de la que resulta más interesante su avance cinematográfico, acertadamente montado, que todo su metraje.


No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.